Tiempo de cambio. La inseguridad que provoca sentarse de espaldas en un balcón. La certeza de haber tenido pesadillas sin recordarlas. El sabor a óxido en la boca después de tocar una barandilla. La rendija de sol que se cuela a través de la catedral. La luz sobre un trozo de piel tiritante. Tiempo de cambio.
Es lo más serio que puedo decir...(perdonen esta melancolía de domingo, no volverá a pasar)
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